Estas mujeres paseaban por la parte más lujosa de Marrakech “de compras” a su alrededor de una zona comercial, que contrasta con el zoco de la medina a tan solo unos kilómetros. Una ciudad que se divide en dos mundos, dos clases y la tradición se mezcla la con innovación un país donde encuentras desde mujeres tapadas hasta los ojos, hasta las que visten de mango con lenceria de Etam.
Es una imagen un poco pintoresca, pero la indumentaria de esta mujer es realmente espectacular sobre todo la viveza de los colores con los que viste, esta anciana hacia aceite de almendra mientras era fotografiada.
Aquí se aprecian los contrastes, la niña del poblado, el chico que tiñe el maletín de piel, el hombre que pasea en el burro o los bolsos de imitación en medio del zoco que chocan con los tradicionales bolsos de mimbre de Marrakech.
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