La locura de LANVIN

Este martes hice lo que nunca me había esperado, levantarme a las 6:00 am para irme de compras Sí, a las 6:00 a.m. ¡¡¡muy fuerte!!! a las 7:45  ya estaba en la cola de H&M deseosa de adquirir mis prendas, repartieron pulseras con las horas en que podíamos entrar al recinto limitado. En definitiva aquello era una locura, parecíamos leonas detrás de su presa, todas y todos por un Lanvin nuestro vestido, nuestra camiseta o nuestro bolso ideal. En la cola todos estábamos entusiasmados, los ojos nos brillaban y la alegría nos invadía, como a los niños el día de reyes.

 ¡¡Mi turno llego!! era el de las 10:45 y para mi desgracia algunas de las prendas ya estaban agotadas. Pero ese no fue el único infortunio, el peor de mis pesares fue cuando por fin conseguí los zapatos que tanto deseaba, ya los tenia en mis manos y me dispuse a probármelos y entonces zass!!!! ¡¡¡ME ESTABAN ENORMES!!!  No habían más pequeños el señor Lanvin no había pensado en las princesitas con el numero 35  y para colmo el 36 era gigantesco ni con almohadones, ni plantillas, imposible con ellos era como si llevara  zuecos.
La locura de Lanvin nos invadió durante unas horas y nos sentimos como adinerados , que podían comprar sus prendas, por unos momentos  compramos lo que realmente queríamos, prendas que de normal no  hubiéramos podido pagar .

Y por último de paseito a ver escaparates,

y que escaparates... ohh my good!!!

Una mañana divertidísima.